domingo, 3 de mayo de 2009

"Oh Señor, haz de mi un instrumento de tu paz:
Donde hay odio, que yo lleve el amor.
Donde hay ofensa, que yo lleve el perdón.
Donde hay discordia, que yo lleve la unión.
Donde hay duda, que yo lleve la fe.
Donde hay error, que yo lleve la verdad.
Donde hay desesperación, que yo lleve la esperanza.
Donde hay tristeza, que yo lleve la alegría.
Donde están las tinieblas, que yo lleve la luz.
Oh Maestro, haced que yo no busque tanto:
A ser consolado, sino a consolar.
A ser comprendido, sino a comprender.
A ser amado, sino a amar.
Porque:
Es dando, que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la Vida Eterna."

Oración de Francisco de Asís


"Oh Señor, haz de mi un instrumento de tu paz:
Donde hay odio, que yo lleve el amor.
Donde hay ofensa, que yo lleve el perdón.
Donde hay discordia, que yo lleve la unión.
Donde hay duda, que yo lleve la fe.
Donde hay error, que yo lleve la verdad.
Donde hay desesperación, que yo lleve la esperanza.
Donde hay tristeza, que yo lleve la alegría.
Donde están las tinieblas, que yo lleve la luz.
Oh Maestro, haced que yo no busque tanto:
A ser consolado, sino a consolar.
A ser comprendido, sino a comprender.
A ser amado, sino a amar.
Porque:
Es dando, que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la Vida Eterna."

Oración de Francisco de Asís

"Oh Señor, haz de mi un instrumento de tu paz:
Donde hay odio, que yo lleve el amor.
Donde hay ofensa, que yo lleve el perdón.
Donde hay discordia, que yo lleve la unión.
Donde hay duda, que yo lleve la fe.
Donde hay error, que yo lleve la verdad.
Donde hay desesperación, que yo lleve la esperanza.
Donde hay tristeza, que yo lleve la alegría.
Donde están las tinieblas, que yo lleve la luz.
Oh Maestro, haced que yo no busque tanto:
A ser consolado, sino a consolar.
A ser comprendido, sino a comprender.
A ser amado, sino a amar.
Porque:
Es dando, que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la Vida Eterna."

Oración Sencilla escrita por San Francisco


Vida y obra de San Francisco de Asís

Oración de Francisco de Asís

"Oh Señor, haz de mi un instrumento de tu paz:
Donde hay odio, que yo lleve el amor.
Donde hay ofensa, que yo lleve el perdón.
Donde hay discordia, que yo lleve la unión.
Donde hay duda, que yo lleve la fe.
Donde hay error, que yo lleve la verdad.
Donde hay desesperación, que yo lleve la esperanza.
Donde hay tristeza, que yo lleve la alegría.
Donde están las tinieblas, que yo lleve la luz.
Oh Maestro, haced que yo no busque tanto:
A ser consolado, sino a consolar.
A ser comprendido, sino a comprender.
A ser amado, sino a amar.
Porque:
Es dando, que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la Vida Eterna."

Oración Sencilla escrita por San Francisco


Vida y obra de San Francisco de Asís

Oración de Francisco de Asís

"Oh Señor, haz de mi un instrumento de tu paz:
Donde hay odio, que yo lleve el amor.
Donde hay ofensa, que yo lleve el perdón.
Donde hay discordia, que yo lleve la unión.
Donde hay duda, que yo lleve la fe.
Donde hay error, que yo lleve la verdad.
Donde hay desesperación, que yo lleve la esperanza.
Donde hay tristeza, que yo lleve la alegría.
Donde están las tinieblas, que yo lleve la luz.
Oh Maestro, haced que yo no busque tanto:
A ser consolado, sino a consolar.
A ser comprendido, sino a comprender.
A ser amado, sino a amar.
Porque:
Es dando, que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la Vida Eterna."

Oración Sencilla escrita por San Francisco


Vida y obra de San Francisco de Asís

Oración de Francisco de Asís

Oración de Francisco de Asís

"Oh Señor, haz de mi un instrumento de tu paz:
Donde hay odio, que yo lleve el amor.
Donde hay ofensa, que yo lleve el perdón.
Donde hay discordia, que yo lleve la unión.
Donde hay duda, que yo lleve la fe.
Donde hay error, que yo lleve la verdad.
Donde hay desesperación, que yo lleve la esperanza.
Donde hay tristeza, que yo lleve la alegría.
Donde están las tinieblas, que yo lleve la luz.
Oh Maestro, haced que yo no busque tanto:
A ser consolado, sino a consolar.
A ser comprendido, sino a comprender.
A ser amado, sino a amar.
Porque:
Es dando, que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la Vida Eterna."

Oración Sencilla escrita por San Francisco


Vida y obra de San Francisco de Asís

Oración de san Francisco de Asís

"Oh Señor, haz de mi un instrumento de tu paz:
Donde hay odio, que yo lleve el amor.
Donde hay ofensa, que yo lleve el perdón.
Donde hay discordia, que yo lleve la unión.
Donde hay duda, que yo lleve la fe.
Donde hay error, que yo lleve la verdad.
Donde hay desesperación, que yo lleve la esperanza.
Donde hay tristeza, que yo lleve la alegría.
Donde están las tinieblas, que yo lleve la luz.
Oh Maestro, haced que yo no busque tanto:
A ser consolado, sino a consolar.
A ser comprendido, sino a comprender.
A ser amado, sino a amar.
Porque:
Es dando, que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la Vida Eterna."

lunes, 27 de abril de 2009

Actividad número 5

Vuelve a leer la oración.Haz de mí el instrumento de paz:
¿Qué es lo que más te llamo la atanción?¿por qué?:
*Que de las cosas malas siempre se puede sacar algo bueno, porque de el odio se puede sacar el perdón, porque siempre ha de haber algo bueno en las cosas tristes

¿Qué relación tiene con las bieventuranzas? razona tu respuesta:
*porque los rasgos de las bienaventuranzas son: la felicidad,la noticia de jesús..ect y en este poema habla sobre todo esto.


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miércoles, 1 de abril de 2009

TrEs AcOnTeCiMiEnToS iMpOrTaNtEs

Recientemente hemos vivido tres acontecimientos importantes para la Iglesia universal. El primero es la conmemoración y celebración de 25 años del ministerio de Juan Pablo II como Sucesor del Apóstol Pedro, obispo de Roma; el segundo, la beatificación de la Madre Teresa; y, finalmente, el Consistorio en el que han sido creados nuevos cardenales: treinta y uno. Uno de ellos in pectore

El mismo Juan Pablo II ha resumido su mensaje, el mensaje de la Iglesia universal, en su emocionante homilía del 16 de octubre, fecha en la que se conmemoraba el 25 aniversario de su elección. El Papa habló de lo que sintió cuando se supo llamado a seguir al Señor, diciéndole sí, como se lo dijo san Pedro. Hizo referencia a lo que él sintió en aquel momento. Dijo que su diálogo con Cristo no había sido interrumpido en estos veinticinco años.
Yo creo que esa historia personal se descubrió hondamente en esta homilía, donde desveló el punto clave de su pontificado: «Abrid las puertas a Cristo, no tengáis miedo; volved a colocar en el centro de toda la actividad de la Iglesia, de forma cada vez más expresa, más explícita, más plena y más comprometida a Cristo Señor. Decid que sí conmigo: sí a la fe, sí a la esperanza y, sobre todo, sí al amor». A eso dedicó y dedica toda su vida Juan Pablo II; de eso ha vivido y sigue viviendo su pontificado, y eso lo explica todo.
El Papa aludió también, en su homilía, a su relación personal con la Madre Teresa de Calcuta, a la impresión que le daba encontrarse ante una cristiana que vivía su fe y su caridad heróicamente. Y en la raíz del hecho de vivir esa forma de ser cristiana plenamente, estaba su amor a Cristo y su amor a los más pobres de entre los pobres. La Madre Teresa encarnó la categoría c
Un momento de la Misa de beatificación
de la Madre Teresa de Calcuta La voz del cardenal arzobispo
Tres acontecimientos importantes


Recientemente hemos vivido tres acontecimientos importantes para la Iglesia universal. El primero es la conmemoración y celebración de 25 años del ministerio de Juan Pablo II como Sucesor del Apóstol Pedro, obispo de Roma; el segundo, la beatificación de la Madre Teresa; y, finalmente, el Consistorio en el que han sido creados nuevos cardenales: treinta y uno. Uno de ellos in pectore

El mismo Juan Pablo II ha resumido su mensaje, el mensaje de la Iglesia universal, en su emocionante homilía del 16 de octubre, fecha en la que se conmemoraba el 25 aniversario de su elección. El Papa habló de lo que sintió cuando se supo llamado a seguir al Señor, diciéndole sí, como se lo dijo san Pedro. Hizo referencia a lo que él sintió en aquel momento. Dijo que su diálogo con Cristo no había sido interrumpido en estos veinticinco años.
Yo creo que esa historia personal se descubrió hondamente en esta homilía, donde desveló el punto clave de su pontificado: «Abrid las puertas a Cristo, no tengáis miedo; volved a colocar en el centro de toda la actividad de la Iglesia, de forma cada vez más expresa, más explícita, más plena y más comprometida a Cristo Señor. Decid que sí conmigo: sí a la fe, sí a la esperanza y, sobre todo, sí al amor». A eso dedicó y dedica toda su vida Juan Pablo II; de eso ha vivido y sigue viviendo su pontificado, y eso lo explica todo.
El Papa aludió también, en su homilía, a su relación personal con la Madre Teresa de Calcuta, a la impresión que le daba encontrarse ante una cristiana que vivía su fe y su caridad heróicamente. Y en la raíz del hecho de vivir esa forma de ser cristiana plenamente, estaba su amor a Cristo y su amor a los más pobres de entre los pobres. La Madre Teresa encarnó la categoría cristiana central de una manera muy apropiada a nuestro tiempo, transparente para el valor salvador del hombre que lleva consigo el seguimiento de Cristo.
Muy difícilmente encontraríamos un modelo para los cristianos de nuestro tiempo, y un modelo para los que se quieran comprometer con el Señor, en este tiempo, como la Madre Teresa de Calcuta: humilde, sencilla, convertida también, de algún modo, en su biografía personal de consagrada, volcada en el hombre y pendiente de nuestro tiempo de una forma directa, inmediata

miércoles, 18 de marzo de 2009

la importancia de la muerte de jesus

Respuesta: La resurrección de Jesucristo es importante por muchas razones. Primero, testifica del inmenso poder de Dios mismo. Creer en la resurrección es creer en Dios. Si Dios existe, y si Él creó el universo y tiene poder sobre él; Él tiene el poder de levantar a los muertos. Si Él no tiene tal poder, Él no es un Dios digno de nuestra fe y adoración. Solo Él, quien creó la vida, puede resucitar después de la muerte, solo Él puede revertir la atrocidad que es la muerte misma, y solo Él puede quitar el aguijón que es la muerte y dar la victoria sobre la tumba. En la resurrección de Jesús de la tumba, Dios nos recuerda su absoluta soberanía sobre la vida y la muerte.

Segundo, la resurrección de Jesús es un testimonio para la resurrección de los seres humanos, la cual es un principio básico de la fe cristiana. A diferencia de todas las otras religiones, solo el cristianismo tiene un fundador que trascendió la muerte y quien prometió que Sus seguidores harían lo mismo. Todas las otras (falsas) religiones fueron fundadas por hombres y profetas, cuyo fin fue la tumba. Como cristianos, somos confortados en el hecho de que nuestro Dios se hizo hombre, murió por nuestros pecados, fue muerto y resucitado al tercer día. La tumba no pudo retenerlo. Él vive y ahora está sentado a la diestra de Dios el Padre en el Cielo. La iglesia viviente tiene una Cabeza viviente.

En 1 Corintios 15, Pablo explica en detalle la importancia de la resurrección de Cristo. Algunos en Corinto no creían en la resurrección de los muertos, y en este capítulo, Pablo da seis consecuencias desastrosas si es que no hubiera resurrección; 1) No tendría sentido el predicar a Cristo (v.14); 2) la fe en Cristo sería vana (v. 14); 3) todos los testigos y predicadores de la resurrección serían mentirosos (v. 15); 4) nadie sería redimido del pecado (v. 17); 5) todos los creyentes que nos precedieron, habrían perecido (v. 18); y 6) los cristianos serían la gente más digna de conmiseración en el mundo (v. 19). Pero Cristo sí se levantó de entre los muertos y “primicias de los que durmieron es hecho.” (v. 20), asegurando que lo seguiremos en la resurrección.

el misterio de jesucristo

¿En qué sentido toda la vida de Cristo es Misterio?

Toda la vida de Cristo es acontecimiento de revelación: lo que es visible en la vida terrena de Jesús conduce a su Misterio invisible, sobre todo al Misterio de su filiación divina: «quien me ve a mí ve al Padre» (Jn 14, 9). Asimismo, aunque la salvación nos viene plenamente con la Cruz y la Resurrección, la vida entera de Cristo es misterio de salvación, porque todo lo que Jesús ha hecho, dicho y sufrido tenía como fin salvar al hombre caído y restablecerlo en su vocación de hijo de Dios. (Catecismo de la Iglesia Católica # 512-521 561-562)

¿Cuáles han sido las preparaciones históricas a los Misterios de Jesús?

Ante todo hay una larga esperanza de muchos siglos, que revivimos en la celebración litúrgica del tiempo de Adviento. Además de la oscura espera que ha puesto en el corazón de los paganos, Dios ha preparado la venida de su Hijo mediante la Antigua Alianza, hasta Juan el Bautista, que es el último y el mayor de los Profetas. (Catecismo de la Iglesia Católica # 522-524)

¿Qué nos enseña el Evangelio sobre los Misterios del nacimiento y la infancia de Jesús?

En el Nacimiento de Jesús, la gloria del cielo se manifiesta en la debilidad de un niño; la circuncisión es signo de su pertenencia al pueblo hebreo y prefiguración de nuestro Bautismo; la Epifanía es la manifestación del Rey-Mesías de Israel a todos los pueblos; durante la presentación en el Templo, en Simeón y Ana se concentra toda la expectación de Israel, que viene al encuentro de su Salvador; la huida a Egipto y la matanza de los inocentes anuncian que toda la vida de Cristo estará bajo el signo de la persecución; su retorno de Egipto recuerda el Éxodo y presenta a Jesús como el nuevo Moisés: Él es el verdadero y definitivo liberador. (Catecismo de la Iglesia Católica # 525-530 563-564)

¿Qué nos enseña la vida oculta de Jesús en Nazaret?

Durante la vida oculta en Nazaret, Jesús permanece en el silencio de una existencia ordinaria. Nos permite así entrar en comunión con Él en la santidad de la vida cotidiana, hecha de oración, sencillez, trabajo y amor familiar. La sumisión a María y a José, su padre legal, es imagen de la obediencia filial de Jesús al Padre. María y José, con su fe, acogen el misterio de Jesús, aunque no siempre lo comprendan. (Catecismo de la Iglesia Católica # 533-534 564)

¿Por qué Jesús recibe de Juan el «Bautismo de conversión para el perdón de los pecados» (Lc 3, 3)?

Jesús recibe de Juan el Bautismo de conversión para inaugurar su vida pública y anticipar el «Bautismo» de su Muerte; y aunque no había en Él pecado alguno, Jesús, «el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo» (Jn 1, 29), acepta ser contado entre los pecadores. El Padre lo proclama su «Hijo predilecto» (Mt 3, 17), y el Espíritu viene a posarse sobre Él. El Bautismo de Jesús es la prefiguración de nuestro bautismo. (Catecismo de la Iglesia Católica # 535-537 565)

¿Qué nos revelan las tentaciones de Jesús en el desierto?

Las tentaciones de Jesús en el desierto recapitulan la de Adán en el paraíso y las de Israel en el desierto. Satanás tienta a Jesús en su obediencia a la misión que el Padre le ha confiado. Cristo, nuevo Adán, resiste, y su victoria anuncia la de su Pasión, en la que su amor filial dará suprema prueba de obediencia. La Iglesia se une particularmente a este Misterio en el tiempo litúrgico de la Cuaresma. (Catecismo de la Iglesia Católica # 538-540 566)

¿Quién es invitado a formar parte del Reino de Dios, anunciado y realizado por Jesús?

Jesús invita a todos los hombres a entrar en el Reino de Dios; aún el peor de los pecadores es llamado a convertirse y aceptar la infinita misericordia del Padre. El Reino pertenece, ya aquí en la tierra, a quienes lo acogen con corazón humilde. A ellos les son revelados los misterios del Reino de Dios. (Catecismo de la Iglesia Católica # 541-546 567)

¿Por qué Jesús manifiesta el Reino mediante signos y milagros?

Jesús acompaña su palabra con signos y milagros para atestiguar que el Reino está presente en Él, el Mesías. Si bien cura a algunas personas, Él no ha venido para abolir todos los males de esta tierra, sino ante todo para liberarnos de la esclavitud del pecado. La expulsión de los demonios anuncia que su Cruz se alzará victoriosa sobre «el príncipe de este mundo» (Jn 12, 31). (Catecismo de la Iglesia Católica # 547-550 567)

¿porque dios murio por nosotros?

Con el final del primer siglo de la era cristiana y la muerte de Juan -el último de los testigos íntimos del ministerio de Cristo- comenzaron a aflorar cuestiones que hasta entonces se habían dado por sentadas: ¿Quién fue Jesús? ¿Por qué vino? ¿Por qué murió?
Las respuestas a tales cuestiones vinieron a través de una sucesión de metáforas existentes en las Escrituras: el Cordero sacrificial de Dios que quita los pecados del mundo; el Rey de reyes Conquistador; la Luz del mundo. Se vio entonces a Jesús como al Hijo de Dios -un Libertador cósmico, un emisario del cielo. Pero se lo vio también como al Hijo del hombre, identificándose con nosotros.
Una de las imágenes más explicativas yace en la idea de rescate. Dice Jesús: "Como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos" Y haciéndose eco de él, Pedro afirma: "Pues ya sabéis que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir la cual recibisteis de vuestros padres no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación" (1 Ped. 1:18 y 19).
La idea de rescate era conocida en el mundo antiguo. El término hacía referencia a algún objeto de valor, empleado para recuperar algo de la casa de empeños. Se refería también a la compra de la libertad por parte de un esclavo. Desde luego, los antiguos conocían demasiado bien la práctica de pagar un rescate para la liberación de un secuestrado o prisionero de guerra. De ahí el comentario de Pablo: "Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres"

miércoles, 11 de febrero de 2009

¿Que es el infierno?

¿Qué es el Infierno?

El Infierno es la privación definitiva de Dios y la condenación por el fuego eterno con el sufrimiento de todo mal sin mezcla de bien alguno, porque no hay amor, sino soledad externa.

¿Quiénes van al Infierno?

'Van al infierno los que mueren en pecado mortal, porque rechazaron la gracia de Dios.

¿Qué es el juicio universal?

El juicio universal es el juicio público que Jesucristo hará de todos los hombres al fin del mundo.

Que es la vida eterna

La Vida Eterna
Todos los Recursos En la hora de la muerte, los que están totalmente limpios de pecado van al cielo para siempre.

Los que mueren en gracia de Dios, pero con alguna mancha de pecado o deuda por los pecados perdonados, antes van al Purgatorio para purificarse totalmente.

Los que mueren en pecado mortal, y por tanto separados de Dios, van al infierno, donde serán castigados eternamente por haber rechazo a Dios.

¿Qué es el juicio particular?

El juicio particular es el que Dios hace al hombre, inmediatamente después de su muerte, para darle premio o castigo según sus obras.

¿En que consiste el Cielo?

El cielo consiste en ver, amar y poseer definitivamente a Dios, gozando de su infinito bien y, con El, de todos los demás bienes sin mezcla de mal alguno.

¿Quiénes van al cielo?

Van al cielo los que mueren en gracia de Dios.

¿A que llama la Iglesia Purgatorio?

La iglesia llama purgatorio a la purificación de los que mueren en gracia de Dios, sin haber satisfecho por sus pecados; con un castigo distinto al de los condenados, se prepara para entrar en el cielo.

¿Cómo podemos ayudar a las almas del purgatorio?

Podemos ayudar a las almas del purgatorio con oraciones, buenas obras, indulgencias, y especialmente con la Santa Misa.

Que es la vida eterna

La Vida Eterna
Todos los Recursos En la hora de la muerte, los que están totalmente limpios de pecado van al cielo para siempre.

Los que mueren en gracia de Dios, pero con alguna mancha de pecado o deuda por los pecados perdonados, antes van al Purgatorio para purificarse totalmente.

Los que mueren en pecado mortal, y por tanto separados de Dios, van al infierno, donde serán castigados eternamente por haber rechazo a Dios.

¿Qué es el juicio particular?

El juicio particular es el que Dios hace al hombre, inmediatamente después de su muerte, para darle premio o castigo según sus obras.

¿En que consiste el Cielo?

El cielo consiste en ver, amar y poseer definitivamente a Dios, gozando de su infinito bien y, con El, de todos los demás bienes sin mezcla de mal alguno.

¿Quiénes van al cielo?

Van al cielo los que mueren en gracia de Dios.

¿A que llama la Iglesia Purgatorio?

La iglesia llama purgatorio a la purificación de los que mueren en gracia de Dios, sin haber satisfecho por sus pecados; con un castigo distinto al de los condenados, se prepara para entrar en el cielo.

¿Cómo podemos ayudar a las almas del purgatorio?

Podemos ayudar a las almas del purgatorio con oraciones, buenas obras, indulgencias, y especialmente con la Santa Misa.
La palabra “Angel” no se refiere al nombre genérico de estos espíritus de luz. Describe su oficio, pues “Angel” quiere decir “mensajero”. Fueron hechos por Dios en el primer día de la creación, antes incluso que los hombres.



¿Dónde están?



Hay seres luminosos en todo el Universo, Protegen la esfera celestial, los planetas, las estrellas y el tiempo, Son guardianes de pueblos, países y religiones. Están en todas partes al mismo tiempo pero pueden retrasarse en sus pulsaciones de energía lumínica para que podamos verlos en un solo lugar y espacio.

La biblia es muy importante para los cristianos ¿por qué?

Muchas personas fueron encarceladas o asesinadas durante la Revolución Cultural, que comenzó en 1966 y terminó en 1976.

No obstante, el obispo Jin, junto con otros cristianos chinos, armó de nuevo su vida, y siguió la tarea donde la había dejado, dirigiendo su congregación y enseñándoles acerca de Jesús y de la Biblia.

Con los años se ha gozado al ver el increíble crecimiento del cristianismo en la China, aunque la mayoría del crecimiento ha tenido lugar en la iglesia protestante.

«Incluso yo, como obispo, no sé el número exacto de cristianos católicos en la China», dice. «Antes de 1949 había por lo menos tres millones. Ahora hay unos cinco millones, pero según algunos cálculos, esa cifra alcanza los doce millones.

«Desde la Revolución Cultural, la Iglesia Católica se ha triplicado, mientras que la Iglesia Protestante ha crecido diez veces más, y ahora es treinta veces más grande de lo que era. Creo que esta disparidad en el crecimiento se debe a que nosotros como católicos, no tenemos el mismo entusiasmo de hablarles a otros de nuestra fe, como lo hacen los protestantes. Ellos son mejores para hablarles del Evangelio a otras personas».
Oración cristiana [editar]
La oración de Jesús en el Huerto, de El GrecoLa cuarta y última parte da cumplida respuesta a la necesidad del diálogo de los hombres para conocerse a sí mismos. Ese es el origen de la oración o invocación al Dios único y personal, especialmente reflejada en el Padre Nuestro, la oración inventada por Jesucristo para todas las necesidades de los hombres y síntesis del Evangelio, y que muy significativamente comienza dirigiéndose a Dios como Padre nuestro: «Podemos invocar a Dios como “Padre”, porque el Hijo de Dios hecho hombre nos lo ha revelado, y su Espíritu nos lo hace conocer
Vida cristiana [editar]Aquí podemos entender la dignidad de la persona y el sentido de la comunidad humana, siguiendo la luz de los Mandamientos como Alianza de Dios con los hombres. Porque sólo desde la ley moral se puede convivir en paz y desarrollar la justicia entre las personas y los pueblos. En realidad esta continua búsqueda de la excelencia del vivir humano se llama vida en Cristo, que a todos llama a la santidad. Especial interés tiene el planteamiento que hace de la dignidad de la persona humana, creada a imagen de Dios, de su vocación a la santidad, del sentido de la libertad y del valor de la conciencia moral: «La dignidad de la persona humana supone la rectitud de la conciencia moral,
Celebración del misterio cristiano [editar]En esta parte el Compendio explica los medios de santificación que el cristiano recibe para vivir como hijo de Dios y cumplir su misión en el proyecto creador, hasta llevar la obra de Dios a la plenitud. Se entienden las razones últimas del ser cristiano, por el Bautismo y la Confirmación, el sentido y finalidad del matrimonio, o la vocación de los sacerdotes, todo ello desde la fuente de la Vida que es Jesucristo en la Eucaristía: «Jesucristo está presente en la Eucaristía de modo único e incomparable. Está presente, en efecto, de modo verdadero, real y sustancial: con su Cuerpo y con su Sangre, con su Alma y su Divinidad. Cristo, todo entero, Dios y hombre, está presente en ella de manera sacramental

las cuatro partes de la fe

Profesión de fe [editar]Esta sección del Compendio explica con claridad el proyecto de Dios Padre, Creador del cielo y de la tierra como morada de los hombres, la fe en Jesucristo Redentor, y la acción divina del Espíritu Santo a través de la Iglesia como camino de salvación para todos, hasta desembocar en la vida eterna. Aquí están las respuestas que pueden orientar al hombre de hoy en su búsqueda del Norte vital. Y, como es sabido, éste es el contenido fundamental del Símbolo de la fe o Credo. Creer en un solo Dios tiene importantes consecuencias, como dice el Compendio: «Creer en Dios, el Único, comporta: conocer su grandeza y majestad; vivir en acción de gracias;

Que es el compendio para los cristianos

Respuesta a los interrogantes del hombre [editar]Siguiendo el sencillo método del diálogo, basado en preguntas y respuestas, el Compendio agiliza la búsqueda de la verdad y se acomoda a los interrogantes de la gente corriente, tales como: ¿Dios es todopoderoso también contra el mal? ¿Dónde está el origen del hombre?, ¿qué hay más allá de la muerte?, ¿para qué sirve la Iglesia?, ¿cómo puede el mundo alcanzar la paz?, ¿el matrimonio es para siempre?, ¿el embrión es un ser humano?, o ¿Dios escucha nuestras peticiones? Se comprende que Benedicto XVI entregue este Compendio primeramente a los creyentes, pero lo ofrezca también a cualquier persona que busque la verdad: «por su brevedad, claridad e integridad, se dirige asimismo a toda persona que, viviendo en un mundo dispersivo y lleno de los más variados mensajes, quiera conocer el Camino de la Vida y la Verdad, entregado por Dios a la Iglesia de su Hijo».[1]


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Saber orientarse [edRespuesta a los interrogantes del hombre [editar]Siguiendo el sencillo método del diálogo, basado en preguntas y respuestas, el Compendio agiliza la búsqueda de la verdad y se acomoda a los interrogantes de la gente corriente, tales como: ¿Dios es todopoderoso también contra el mal? ¿Dónde está el origen del hombre?, ¿qué hay más allá de la muerte?, ¿para qué sirve la Iglesia?, ¿cómo puede el mundo alcanzar la paz?, ¿el matrimonio es para siempre?, ¿el embrión es un ser humano?, o ¿Dios escucha nuestras peticiones? Se comprende que Benedicto XVI entregue este Compendio primeramente a los creyentes, pero lo ofrezca también a cualquier persona que busque la verdad: «por su brevedad, claridad e integridad, se dirige asimismo a toda persona que, viviendo en un mundo dispersivo y lleno de los más variados mensajes, quiera conocer el Camino de la Vida y la Verdad, entregado por Dios a la Iglesia de su Hijo».[1]


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Saber orientarse [editar]El más radical de los interrogantes que hoy tiene planteado el mundo consiste en saber si el hombre es criatura de Dios o acaso un ser autosuficiente, que carece de un origen cierto y de un fin propio. En este sentido, cualquiera puede advertir que para navegar y llegar a un destino, es preciso mantener la buena orientación, y por ello hay que conocer el Norte, que sitúa al resto de los puntos cardinales. Así, en la vida humana, sólo desde la conciencia de criaturas pueden encajar todas las dimensiones de la persona y de la sociedad, permitiendo mantener el rumbo, que a todos beneficia. En dependencia de esta orientación respecto al origen y el fin está trato del hombre con sus semejantes, que pueden ser considerados en su dignidad como criaturas de Dios o tratados como medios para los proyectos de los más poderosos.[2]

itar]El más radical de los interrogantes que hoy tiene planteado el mundo consiste en saber si el hombre es criatura de Dios o acaso un ser autosuficiente, que carece de un origen cierto y de un fin propio. En este sentido, cualquiera puede advertir que para navegar y llegar a un destino, es preciso mantener la buena orientación, y por ello hay que conocer el Norte, que sitúa al resto de los puntos cardinales. Así, en la vida humana, sólo desde la conciencia de criaturas pueden encajar todas las dimensiones de la persona y de la sociedad, permitiendo mantener el rumbo, que a todos beneficia. En dependencia de esta orientación respecto al origen y el fin está trato del hombre con sus semejantes, que pueden ser considerados en su dignidad como criaturas de Dios o tratados como medios para los proyectos de los más poderosos.[2]